martes, 29 de septiembre de 2009

Vida Fugaz

El juego de escribir es apasionante y por sobre todas las cosas, libera ideas que quizas uno no se animaría decir. Al menos en mi caso funciona así. El caso de este cuento: "Vida fugaz" fue bastante interesante. Cuando comencé con la idea, jamas hubiera imaginado el desarrollo veloz del cuento. De todas las cosas que escribí, tal vez sea uno de los que mas me gusta (o que mas quiero) porque condensa el vertigo en el que a veces parece en el que estamos inmersos. Este cuento fue publicado en Editorial Nuevo Ser en 2009. Aqui les presento Vida Fugaz

VIDA FUGAZ

Cuando sea grande, quiero ser astronauta. Ayer, vi en la tele, a unos hombres que se ponían unos trajes plateados y viajaban a la luna. Hacían muchos experimentos y tenían grandes aventuras súper divertidas. Mi mamá me dice que es difícil, que hay que estudiar mucho mucho y que primero tengo que tomar la leche y comer toda la comida para crecer sano y fuerte. Yo le hago caso a mi mamá, porque yo quiero ser un astronauta. Igual, esa era una idea de cuando yo era más chico. A mi lo que me gustaría ser es corredor de autos. Con mi papá nos levantamos todos lo domingos para mirar carreras. Yo le digo siempre que quiero ser piloto cuando sea grande. Mi papá me dice que sería más fácil que empiece con otro deporte y después, a lo mejor, puede ser que corra en autos. Lo cierto es que ya juego al fútbol hace un montón. Desde muy chico que voy al club de mi pueblo y ya estoy cansado de jugar. Lo que a mi me gusta es el tenis. La semana pasada vi la copa Davis en la tele y me parecería súper poder llegar a jugar ahí. Cuando crezca y sea mayor, voy a ser tenista, ya lo tengo resuelto. Eso es lo que quiero. Sigo practicando deportes, solamente porque mis viejos me obligan. Ellos no entienden que a mí me gusta la música. Lo que yo quisiera es que me compren una guitarra eléctrica y aprender a tocar rock. Entonces tendría la posibilidad de tener una banda y salir a tocar por ahí. Ellos insisten en que estudie y haga deportes. Lo único que se, es que cuando sea grande voy a tocar rock en una mega banda. No es que me haya dejado de gustar la música, pero el padre de mi novia me dice que yo tendría capacidad para ser un gran médico. Siempre me llamó la atención la biología y esas cosas. Ahora, en el secundario, es donde mejores notas tengo y me parece que es lo que voy a hacer cuando me reciba. Aparte los médicos ganan mucha plata y voy a hacer otras cosas que me gusten. Y no es cierto que no me agraden otras actividades, pero las exigencias en la facultad son muchas. Estudiar medicina es muy largo y difícil. No me quiero apurar a estudiar, de cualquier manera en la vida hay tiempo para todo, como me dicen siempre mis viejos. Cuando termine de estudiar, me gustaría hacer alguna experiencia en el exterior. Tengo unos amigos que viajaron a Estados Unidos y me cuentan todo lo que hay allá. Siempre me escribo con ellos. Me encantaría ir a visitarlos, pero justo ahora que terminé la especialidad (al final me decidí por oftalmología) tengo la posibilidad de entrar a trabajar en una importante clínica. Aparte estoy recién casado y con Silvina tenemos muchos proyectos en común. Más adelante los iré a ver. Seguramente vaya a algún congreso importante, como el último al que fui a disertar en España. Fue una experiencia increíble poder demostrar la utilidad de mi nueva técnica en implantes oculares. Recibir una ovación de pie por parte de mis colegas fue algo inolvidable. Quise recorrer un poco Europa pero mis obligaciones en el país me impidieron que me de ese lujo. Aparte extraño mucho a mi esposa y mis hijos cuando viajo. Ya están tan grandes. Basilio está en la primaria y Amandita en el jardín. Es sorprendente como crecen los chicos. El día que me jubile, voy a tener el tiempo suficiente para dedicarme a mi familia y mis plantas, que tanto me relajan. Sobre todo, después de haber quedado viudo. De cualquier manera, ayer tuve una noticia que me cambió la existencia y me devolvió las ganas de vivir. Amandita me llamó al celular y me dijo que está embarazada. Me largué a llorar como un chico, no lo puedo creer todavía. Siempre lo cargaba a Martín, mi yerno, no me vas a hacer abuelo joven, ¿no? Esto es muy intenso para mí. Sobre todo ahora que por fin me retiré. Hoy recibí una tarjeta de mis amigos que están en Estados Unidos, creo que voy a organizar un viaje para llevar a Disney a mis nietos y de paso los visitaré. Aunque, pensándolo bien, mi salud ya no es como era antes. Los ochenta pesan en el cuerpo. Yo no quiero molestarlos a los chicos y solo me decidí por este hogarcito de ancianos. La pasamos muy bien, jugamos a las cartas, miramos la tele, en fin, esperamos a que nos llegue el momento. Lo único que cambió mi vida es que ya no planeo más para adelante. En este instante, estoy solo en una sala, mirando una gran pantalla y ahí veo proyectada mi vida como una película. Me parece mentira que hayan pasado tantas cosas, muchas que ni recuerdo. Uno vive pensando que es inmortal, perpetuo, proyecta y dibuja el futuro como algo lejano y al final, toda la vida entra en un retazo de tiempo. El torrente de las horas, los días, los años, termina resumiéndose en un breve flash que uno ve pasar por delante de los ojos. ¿De qué sirvió especular tanto? ¿Podría uno abstraerse del tiempo y vivir cada instante como este pantallazo final? Ojala tuviera la respuesta, no importa que me haya llevado toda la vida encontrarla. Aun, aunque esté parado enfrente a este luminoso portal que se abre lentamente para darme paso, me sería útil haber aprendido algo en toda mi vida. Me pregunto que habrá del otro lado de la puerta. Ojala haya lunas por descubrir. Yo siempre quise ser astronauta.

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